Mal Sueño

Alex le teme a las alturas y se encuentra empapado en la punta más alta del Salto del Ángel en Venezuela. El agua cae de manera violenta, pero el viento es tan fuerte que las gotas se elevan hacia el cielo como una lluvia inversa. Está aterrado; las piedras a su alrededor empiezan a ceder y Alex no tiene desde donde sostenerse. Inevitablemente da un salto al vacío.

Son las 2:00 de la mañana y Alex despierta con un grito ahogado. Se da cuenta de que no está en el fondo del abismo de la catarata más grande del mundo, sino en su cama. En medio de la oscuridad de su cuarto se siente aliviado, se da vuelta a la derecha y abraza su almohada, sintiéndose cómodo y seguro. Alex intenta tranquilizarse, y a pesar de que está en la posición correcta para retomar el sueño, se da cuenta de que algo no anda bien. «Tengo sed», piensa, mientras estira su mano e intenta buscar sus anteojos, los cuales caen detrás de su mesa de noche, tras un movimiento torpe. Frustrado deja el calor reconfortante de su cama y camina a ciegas al baño, pero sin sus anteojos daba lo mismo, no puede ver nada.

Entre dormido y despierto se acerca el grifo y toma un sorbo de agua; el contacto con el agua le recuerda la larga caída de la catarata. Por unos instantes se queda absorto en el recuerdo; siente su vejiga activarse. «Necesito ir al baño», piensa. Intenta atinarle al inodoro, termina y jala la cadena. El sonido que escucha no es el habitual, y al igual que la lluvia inversa de la catarata de su sueño, el agua sube y llega hasta sus pies, casi tan rápido como el potente y desagradable olor a su nariz. Alex no sabe qué hacer, así que da dos saltos hacia atrás y el agua pestilente sale sin control, alcanzando su cuarto.

Corre hacia la puerta de su habitación, pero la congoja, la falta de anteojos y la oscuridad se suman a una media en el lugar y momento equivocado, provocando que Alex se resbale y caiga de frente en el charco de aguas negras del piso. Una vez más, al igual que en su sueño, Alex está empapado y asqueado. Sin sentir remedio, se levanta y de pie mira su cama, con el sonido de fondo del agua fluyendo por su piso. Recuerda lo cómodo que estaba hace cinco minutos, y como un sueño tonto y un salto al vacío lo llevó a nadar en mierda.

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