—No esperaba que estuvieras despierto, pero me alegra, tengo tanto que contarte, ¡fue una noche maravillosa!, la he pasado tan bien. Él fue dulce, encantador y atento. Ya sabes como me pongo cuando estoy nerviosa, no paro de hablar y terminó siendo… demasiado. No, ni te atrevas a contradecirme, no necesito tu condescendencia, o por lo menos no hoy. Esta vez me callé o bueno me tranquilicé, supe escuchar y hablar en los momentos indicados. Esto no significa que no me haya expresado como quería. Intenté ser yo misma, solo que con más conciencia, no lo sé, simplemente me sentí bien.
Y después el beso, ¡sí, me besó!, fue tan tierno, me encantaría decir que fue inesperado pero ya sabes, siempre veo venir esas cosas. Pude evitarlo, pero lo deseaba tanto. Sé que puedo ser honesta contigo, solamente quería gritar, estaba tan emocionada, volver a sentir un par de labios contra los míos.
No me veas así, ¿piensas que actué mal?, sabes que no soy impulsiva, pero es que realmente lo necesitaba, me he sentido muy sola. No, no por favor, no me malinterpretes, tú y yo nos llevamos bien, pero sabes que necesito atención, otro tipo cariño. Detesto la soledad, no me sienta bien. ¿Es que acaso a alguien le queda bien la soledad? No me tienes que responder, es una pregunta retórica, además, créeme que me queda muy clara la respuesta.
Tú más que nadie sabes como un beso puede hacer que se vaya la tristeza del cuerpo, y es que ilusionarme con cualquiera puede ser peligroso, pero quiero arriesgarme; estoy segura que la soledad también es peligrosa, hasta puede ser mortal. Lo estoy haciendo de nuevo, no cierro mi boca, disculpa, ¿cómo estuvo tu noche?—le preguntó Lisa a su gato mientras lo acariciaba por debajo del mentón.
Mixpov 